Una visita turística a los monumentos nacionales irlandeses de la región de Leinster en el condado Kilkenny
Después de visitar los rincones que teníamos programados en el condado de Wickow: Glendalough y el Parque Nacional de las Montañas de Wickow, nos dirigimos a la ciudad de Kilkenny. Uno de los puntos típicos de las visitas turísticas a Irlanda, para visitar al día siguiente la ciudad y sobre todo el castillo de Kilkenny, y por la tarde de camino Waterford, la Jerpoint Abbey otro de los sitios emblemáticos que vale pena visitar de esta zona.
Llegamos tarde para cenar en Kilkenny, los restaurantes que estaban abiertos estaban llenos y ya no admitían más comensales, suerte que encontramos una Pizzería abierta en la que pudimos saciar el hambre que teníamos después de un día largo y de muchos kilómetros, después de recorrer una buena parte del extenso Parque Nacional de las Montañas de Wickow. Por cierto las pizzas que nos tomamos estaban muy buenas y nos sentaron de fábula. Después de dar un pequeño paseo por la ciudad, nos encaminamos al Twin Oaks B&B, a las afueras de Kilkenny donde teníamos reservada una habitación para pasar la noche.
Castillo de Kilkenny
Vista del Castillo de Kilkenny – 5685
Parque del Castillo de Kilkenny – 5652
Rio Nore, Kilkenny – 5651
Parque del Castillo de Kilkenny – 5660
Gran comedor Castillo de Kilkenny – 5664
Sala de las pinturas, Castillo de Kilkenny – 5680
Nos levantamos por la mañana temprano para poder aprovechar al máximo el día, y después de un fantástico desayuno que nos ofrecieron en el Twin Oaks B&B, nos encaminamos otra vez al centro de Kilkenny predispuestos a visitar el castillo de Kilkenny. Para acceder al castillo, nos liamos un poquito, dado que nos indicaron mal. Lo realizamos bordeando el rio Nore, por el final del extenso jardín que rodea el castillo por la parte este. Para llegar al castillo, nos obligó a tener que recorrer una gran extensión de bosques y prados súper verdes, preciosos y muy bien cuidados. Recomiendo si se dispone de tiempo, recorrer este precioso parque porque es una verdadera maravilla. Finalmente, llegamos al castillo, la verdad un poco cansados de la gran caminata.
El acceso a los jardines es gratuito, pero si quieres visitar el interior tienes que pagar una entrada. Nos cobraron 7,00 € a cada uno, por el precio y el contenido, creo que vale la pena visitarlo. En la planta sótano se puede visitar la base de la torre oeste, donde se puede apreciar el grosor de los muros de la torre y sus pequeñas ventanas. También existe en el sótano otra sala que se accede por el patio exterior del castillo donde se puede visualizar un audio visual sobre el castillo. En la planta baja, se visita la sala del Retiro Chino, que es una estancia donde las paredes están pintadas a mano con motivos chinos, en la que los invitados esperaban en las recepciones importantes para que les sirvieran la cena. A continuación, se encuentra el gran comedor donde se puede apreciar una mesa con toda la vajilla y la cubertería, en la pared cuelga un gran cuadro de Vernis de Versailles.
A través de la gran escalera de caoba del siglo XIX accedemos a la planta superior del castillo, que conduce a la sala de los tapices. En esta sala del siglo XVIII, colgaban anteriormente un conjunto de tapices que actualmente están custodiados para su conservación en la Escuela Real de Trabajos de Madrid. El recorrido de esta planta sigue por la librería, que es una fiel reproducción del estilo de mobiliario que existía a mediados del siglo XIX. A continuación, encontraremos la sala de estar que está decorada del mismo estilo, tiene unas pinturas que sobrevivieron de la original colección Ormonde. En esta misma planta en el ala norte podemos visitar la gran sala de las pinturas, donde podremos ver una gran colección de pinturas de aquella época. En la segunda planta, se puede visitar la habitación Azul y la habitación China que contiene muebles y juguetes para los niños. También es de destacar en esta planta la escalera morisca.
El castillo original anglonormando fue construido entre finales del siglo XII y a principios del siglo XIII, por el conde William Marshall. En el año 1360 fue adquirido por James Butler, conde Ormand, y perduro durante casi 600 años, en manos de la dinastía Butler hasta que en 1967 Arthur Butler, lo vendió por 50 libras al pueblo de Kilkenny, que se hizo cargo de su mantenimiento hasta la actualidad.
Kilkenny
Puente John’s, Kilkenny – 5650
Blak Abbey, Kilkenny – 5691-Editar
Catedral de San Canice, Kilkenny – 5687
Blak Abbey, Kilkenny – 5695
Catedral de San Canice, Kilkenny – 5689
Kilkenny es la capital del condado de su mismo nombre, tiene aproximadamente unos nueve mil habitantes, lo que podríamos decir que es una ciudad pequeña, aun que para los irlandeses no está considerada pequeña. Esta ciudad es uno de los principales puntos de atracción turística de Irlanda, principalmente por el Castillo de Kilkenny, la catedral de San Canice y la Abadía Negra. Es interesante darse un paseo por las principales calles de la ciudad, tales como. The Parade, Patrick St, High St… donde podremos disfrutar de muchos comercios, pubs y terrazas.
La catedral de San Canice, es la segunda más grande de Irlanda después de la de San Patricio de Dublín. El actual edificio es del siglo XIII, de estilo gótico inglés y su estructura es cruciforme de unos setenta metros de largo. Es de destacar sus preciosas vidrieras que decoran los laterales y el rosetón de encima del altar. Justo al lado de la catedral se alza una torre redonda de 30 metros de alto de estilo celta cristiana, del siglo IX. Se puede subir hasta lo más alto, donde según dicen se aprecian unas buenas vistas de la ciudad de Kilkenny.
El otro monumento que visitamos fue la Blak Abbey (La Abadía Negra), que fue fundada en el 1225 por el conde de Pembroke. La razón de porque se llama la abadía negra, es que perteneció a la orden de Santo Domingo y sus monjes llevaban una especie de capa negra encima de su hábito blanco, de ahí viene este nombre. El edificio fue reconstruido en el siglo pasado, por este motivo presenta un interior bastante moderno.
Jerpoint Abbey
Torre Jerpoint Abbey – 5696
Iglesia Jerpoint Abbey – 5697
Claustro de Jerpoint Abbey – 5700
Claustro Jerpoint Abbey – 5704
Iglesia Jerpoint Abbey- 5705
Iglesia Jerpoint Abbey – 5707
A primeras horas de la tarde dejamos Kilkenny y tomamos rumbo hacia Waterford, para ello tomamos la carretera que lleva directo a Thomastown, en el que a 2 km de esta ciudad se encuentran las ruinas de la Jerpoint Abbey. Cuando llegamos a Jerpoint Abbey, nos cayó una buena tormenta que hizo que nos tuviéramos de esperar una media hora para poder visitar las ruinas. Esto fue una ventaja ya que la tormenta disuadió a los turistas que también pretendían visitarla y prácticamente realizamos la visita nosotros solos. Para visitar las ruinas se tiene de pagar unos 3,00 € por adulto.
Las ruinas de Jerpoint Abbey, fueron construidas en el siglo XII por Donogh O’Donoghoe Mac Gilla Patraic, rey del reino Ossory, movido por los monjes de la Orden Cisterciense. Son de estilo arquitectónico cisterciense y está declarado Monumento Nacional de Irlanda. La abadía vivió una gran época y se convirtió en el lugar favorito para enterrar a los miembros de las grandes familias de la región, hasta que en el 1541 Enrique VIII, decreto la disolución de todos los monasterios, abadías, conventos… Católicos.
Las ruinas son bastante grandes y mantienen en pie la torre cuadrada almenada y la iglesia, con sus detalles románicos del siglo XII. Se exhibe en la capilla unas tallas funerarias del siglo XIII y también en el claustro del siglo XV, se pueden apreciar unas tallas de figuras en las columnas.
Llegamos hacia las seis de la tarde a Waterford, donde pudimos dar un paseo por el centro de la ciudad y cenar tranquilamente.