Tengo que confesar que hace más de veintisiete años que no había visitado el monasterio, ni el parque natural de la montaña de Montserrat, todo y que resido a unos sesenta kilómetros del lugar. La verdad es que cada vez que voy por Manresa o algún pueblo de la comarca del Bages, en la que hace un día claro en el que se puede apreciar la grandiosidad del macizo de Montserrat, con sus imponentes rocas serradas, pienso algún día tienes que volver a visitarlo. Pero como siempre pasa, damos más prioridad y valor a visitar a los sitios que están lejos que a los que tenemos muy cerca.

La primera semana de abril reservamos con Carmen un día para subsanar este tema, este día lo dedicamos a visitar el complejo turístico-religioso del Monasterio de Montserrat y una pequeña parte del parque natural de la montaña. Dejamos pendiente para otro día, visitar con más detenimiento, el parque natural de la montaña de Montserrat, sobre todo los itinerarios que se pueden realizar desde lo alto de San Juan y otros por El Bruc y Collbató

Llegamos sobre las once y media de la mañana, aparcamos el coche en el aparcamiento del Monasterio ya que es la manera más económica de subir a la montaña, ya que el coste del aparcamiento es de 6,00 € al día. Existe también la posibilidad, de dejar el coche en Monistrol de Montserrat y coger el teleférico o el tren cremallera. El coste de subir por estos medios no es nada barato, sobre todo si vas más de uno. Otro de los medios de subir es andando los diez o más kilómetros, en el que te puedes evitar el coste del aparcamiento.

Lo primero que visitamos fue la basílica y todo el complejo turístico-religioso que lo envuelve. Este emplazamiento es uno de los sitios turísticos más visitados de Catalunya con 2.562.548 visitantes en el año 2016. Todo y que no ha cambiado demasiado de cuando lo visitamos hace 27 años, hay que reconocer que las mejoras que se han hecho están muy bien estructuradas para poder recibir este alud de turistas anualmente.

El complejo turístico está centrado en el recorrido de una calle con algunas plazas, que empieza desde el aparcamiento y termina en la basílica, con diversos miradores de espectaculares vistas a las montañas y al valle que rodea el macizo de Montserrat. En esta calle se encuentran todos los comercios, restaurantes, hoteles, servicios, museo… También las diferentes estaciones de los medios de transporte: cremallera, teleférico y funiculares. Los sitios más animados son la plaza del Monasterio y la plaza de Santa María que dan la entrada a la basílica.

Según dice la leyenda, la imagen de la Virgen de Montserrat la encontraron unos niños pastores en una cueva en el año 880. A partir de este hecho o leyenda nació el culto a la Virgen, que ha convertido este monasterio en todo un referente religioso, en el que cada año reúne a miles de peregrinos.

Desde la plaza del Abad Oliva, a través de un portal accedemos a una calle que nos conduce directamente hasta la gran plaza de Santa María, donde desde lo alto de la misma, a la derecha podemos apreciar el mirador de los arcos con sus estatuas. Al fondo tenemos la basílica y la torre del abad y a su derecha el Museo y el Centro de Coordinación Pastoral.

Entramos a la zona de la basílica por el porche del atrio del Abad Argerich, donde se encuentran los sepulcros de Bernat II de Vilamarí y el conde Juan II de Ribagorça. Desde este atrio ya pudimos ver la gran cola de peregrinos que esperaban para poder subir a lo alto del ábside de la iglesia para dar un beso a la Virgen de Montserrat. Al fondo del atrio se encuentra la fachada de la basílica, en la que destaca encima de su portal de la entrada, la escultura del Apostolado de Venanci Vallmitjana. La iglesia es de una sola nave central, con diferentes capillas en los laterales. Al frente se sitúa el altar, que está presidido por el camarín de la Virgen. La iglesia está decorada con diversas aportaciones de diferentes pintores y escultores catalanes.

Después de realizar algunas fotografías del interior de la basílica, esperamos unos veinte minutos para poder escuchar a la Escolanía de Montserrat cantar, que como cada día lo hacen a la una del mediodía. La iglesia se llenó hasta no poder caber ni una aguja y a la una en punto la Escolanía, nos deleito con el canto del Salve y el Virolai. Tuve la suerte de inmortalizar el evento con una fotografía, que por suerte me salió medianamente bien, dado que las condiciones para hacerla no eran de las más apropiadas.

Después de la visita al monasterio, el museo y el espacio de audiovisuales, decidimos realizar dos de los cinco itinerarios recomendados del parque natural de la Montaña de Montserrat.

El primer itinerario que realizamos fue el de bajar desde el monasterio hasta la Santa Cova. Es un itinerario de dificultad baja, que tiene un desnivel de 125 metros de altitud y un recorrido de 2,70 km. Se puede minimizar el esfuerzo que representa el desnivel, bajando y subiendo en un funicular que te deja aproximadamente a medio kilometro de la Santa Cova. Nosotros bajamos y subimos andando todo el recorrido.

El itinerario empieza en la estación del teleférico, en el que se empieza por descender mediante un camino con escalones. Por el camino podemos ver diferentes vistas de la zona este de la montaña y la preciosa vista del valle y las montañas que rodean al rio Llobregat. A unos 20 minutos de la bajada se encuentra la estación del funicular, en su parte baja, donde el camino enlaza con el camino del Rosario, que lleva hasta la ermita de la Santa Cova. En este camino se encuentran varios monumentos que reproducen los misterios del rosario de Jesús y María. En el interior de la ermita hay una reproducción de la cueva y la virgen de Montserrat según se cuenta en la leyenda. El camino de vuelta, es todo de subida en el que es fantástico para quemar unas cuantas calorías sobrantes.

Después de comer y descansar, decidimos realizar el itinerario de los Degotalls. Es un camino que se orienta hacia la zona noreste de la montaña de Montserrat. La dificultad del camino es muy baja, siendo prácticamente plano, con un recorrido de ida y vuelta de 3,2 km. Lo que es curioso de este camino, es que a lo largo de todo el recorrido está decorado con monumentos de aportaciones en memoria de las diferentes vírgenes encontradas en otras localidades de Catalunya, que hace que este recorrido sea curioso y ameno. Después de andar unos 25 minutos, por el camino entre los monumentos y un espeso bosque de diferentes variedades de arboles y matorrales mediterráneos llegamos a la gruta de los Degotalls, donde antiguamente caía agua filtrada de entre las rocas.

Como ya eran las cinco media de la tarde y el tiempo amenazaba lluvia, decidimos reemprender el camino de vuelta, dejando para otro día realizar los itinerarios que se pueden hacer subiendo en funicular hasta Sant Joan, por la parte alta de la montaña de Montserrat.