Las procesiones de Semana Santa caracterizaron la visita a Málaga, pero tuvimos tiempo para visitar las principales joyas de esta ciudad: El Teatro Romano, La Alcazaba, La Catedral, El Museo Picasso y las procesiones de Semana Santa.
El viernes de Semana Santa, dado que estábamos alojados en Torre del Mar, decidimos visitar Málaga ya que era una de las ciudades de Andalucía que no conocíamos y de paso ver el ambiente religioso que se reproduce cada año con motivo de la Semana Santa.
Málaga contiene muchos monumentos interesantes, para poderlos visitar todos con tranquilidad se precisa más de un día, para ello a nosotros nos hubiera gustado disponer de más tiempo pero no fue posible, así que informaré de lo que nos dio tiempo de ver y esperamos ver el resto en una próxima visita.
Málaga es la ciudad de los museos ya que contiene más de una treintena de ellos, quizá los más destacables son el Museo Picasso, que tuvimos la oportunidad de visitar, y el Centro Pompidou situado en el edificio del cubo de colores, que contiene una destacable muestra de arte moderno contemporáneo de varios artistas. Otros de los museos interesantes son el Museo de Carmen Thyssen que presenta una colección de pintura española de artistas andaluces del siglo XIX de estilo romántico y costumbrista y el Museo del Automóvil, con una muestra de 91 coches clásicos de la colección del portugués Joao de Magalhaes.
Llegamos pronto por la mañana y pudimos aparcar el coche en el aparcamiento de la plaza de la Merced, desde allí nos encaminamos a visitar primero el Teatro Romano y la Alcazaba.
Teatro Romano
Teatro romano – 2705
Teatro romano – 2709
Teatro romano – 2707
Situado en la ladera oeste del cerro de la Alcazaba en pleno centro del núcleo histórico de Málaga, presenta los restos arqueológicos del antiguo teatro romano de la Málaga de época del Imperio romano que se utilizó hasta el siglo III. Su construcción es mixta, aprovecha una buena parte de la ladera de la colina para soportar las graderías y dispone de una terraza donde quedan asentadas las gradas. El teatro en cuanto a características y dimensiones es muy parecido a otros restos arqueológicos de teatros encontrados de la antigua Bética, diseñados por el modelo establecido por Vitrubio, arquitecto romano.
En los siglos V y VI el teatro fue destinado a ser un cementerio y posteriormente proporcionó a los árabes piedras para la reestructuración de la Alcazaba, en la cual se encuentran capiteles y fustes de columnas romanas. En este emplazamiento después de la conquista árabe en el siglo VII se levantó un recinto militar y una mezquita.
En el año 1951 tras una reordenación urbanista de Málaga, la cual se derribó la Casa de Cultura y se procedió a eliminar el tráfico de coches de la calle Alcazabilla, permitió dar visibilidad a los restos del Teatro Romano, gracias al gran espacio que se abrió en la ciudad. En el año 1972 fue declarado Bien de Interés Cultural y en el 2010 se inauguró el edificio rectangular de acero, madera y cristal que contiene el Centro de Interpretación del Teatro romano.
La Alcazaba
Vista de la Alcazaba – 2719
Subida a la Alcazaba – 2722
Patio de la Alcazaba – 2736
Existen dos recorridos para visitar la Alcazaba, uno subiendo en el ascensor hasta el punto más alto de la fortificación desde delante del Ayuntamiento de Málaga y otra por la calle Alcazabilla justo al lado del Teatro Romano. Nosotros subimos por esta segunda opción, en la que nos encontramos la taquilla donde abonamos la entrada de 2,20 € cada uno. Desde este punto comienza el recorrido por caminos empedrados que va subiendo la colina de Gibralfaro dentro del recinto amurallado.
La Alcazaba fue construida en el siglo XI, cuando la ciudad estaba en manos del rey granadino de taifas, Badis ben Habús. Para la construcción de la misma, tal como ya he dicho anteriormente, utilizaron parte de las piedras del Teatro Romano. En el año 1279, la Alcazaba pasó a manos del reino Nazarí, la cual fue remodelada en su totalidad dejando sus huellas marcadas en todo el recinto amurallado. En la Alcazaba se mezclan construcciones defensivas con preciosos rincones y patios del palacio árabe. Esta es una de las construcciones árabes mejor conservadas de España, junto a la Alhambra de Granada. Otros que también hicieron remodelaciones importantes fueron los Reyes Católicos después de su conquista en el año 1487 de la ciudad de Málaga.
En el recorrido de la visita se va accediendo a los distintos puntos interesantes de sus construcciones y su historia: la Puerta del Arco del Cristo en primer lugar, en la parte superior el Patio de Armas muy utilizado en la época de los Reyes Católicos, donde se encuentra la Torre de la Vela y la Puerta de Coracha que comunica al paso amurallado que la une con el Castillo de Gibralfaro. Sigue la ruta por la Puerta de los Arcos y la torre del Tinel, que una vez cruzada se tuerce a la izquierda para alcanzar la parte superior.
En la parte superior nos encontramos El Palacio que en realidad son dos, los restos del palacio taifa y los restos del palacio nazarí, y el barrio castrense, con ocho viviendas del siglo XI, los baños y el aljibe. En la parte central del recinto superior se encuentra los Cuartos de Granada de estilo nazarí, donde vivieron los reyes y gobernadores de la ciudad. El palacio estaba estructurado en función de patios rectangulares y crujías en el entorno.
Teníamos la idea de subir hasta el Castillo de Gibarlfaro, pero la lluvia que empezó a caer nos hizo desistir. El castillo por lo que he leído no es de una gran importancia ya que es una antigua fortaleza, pero creo que debe tener unas buenas vistas de la ciudad.
Como no disponíamos de paraguas tuvimos que bajar de la Alcazaba como pudimos, esperando que remitiera un poco y protegiéndonos debajo de los portales del recorrido.
Centro histórico de Málaga y el Museo Picasso
Palacio Episcopal
Catedral Basílica de la Encarnación
Catedral Basílica de la Encarnación
Cuando ya habíamos descendido de la Alcazaba dejó de llover, esto nos permitió dar un amplio paseo por el centro histórico de Málaga, el cual estaba a rebosar de turistas ya que era el día de celebración del Viernes Santo, el día más importante en el que las cofradías recorren en profesión las calles del centro de Málaga.
Teníamos la idea de realizar una visita completa a la catedral, pero la cantidad de gente y las colas que había para la visita nos hicieron desistir de ello. Lo que si realizamos es entrar en ella y dar un vistazo general realizando alguna fotografía.
El nombre oficial de la catedral es bastante rimbombante, la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación, aunque los malagueños popularmente la llaman “La Manquita” por la falta de una torre. Según dice la leyenda, debido al dinero que se destinó para su construcción en el siglo XIX, se gastó para pagar las guerras en las Américas. La catedral se construyó aproximadamente en el año 1528 y se terminó en año 1782, dándose por inacabada ya que faltaba el remate de la fachada principal y la torre sur que aun resta pendiente de su construcción. La construcción de la catedral se asentó encima de una antigua mezquita aljama y los restos de la antigua muralla árabe, siendo sus primeras construcciones de estilo gótico derivando con posterioridad a estilo renacentista, por la intervención en el diseño de Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira. Aunque la catedral está considerada una de las joyas del renacimiento en Andalucía, presenta también varios estilos arquitectónicos como el gótico tardío y el barroco añadidos en el siglo XVIII.
Dejamos la catedral para otra ocasión que la podamos visitar con más tranquilidad y nos encaminamos a recorrer el barrio histórico. Empezando por la Plaza del Obispo con unas buenas vistas de la catedral y el Palacio Episcopal pasando por el eje central del núcleo histórico que es la calle Larios donde trascurren las procesiones de Semana Santa, siendo esta una de las calles más comerciales con una gran cantidad de tiendas de lujo. Recorriendo seguidamente las numerosas callejuelas repletas de terrazas de bares y tiendas de recuerdos, hasta llegar a la calle Alcazabilla, donde pudimos admirar las imponentes carrozas que tenían preparadas para desfilar en la profesión de la tarde de la Cofradía del Santo Sepulcro y la Cofradía de los Estudiantes.
Después de sentarnos un buen rato en una terraza para reponer fuerzas y comer alguna cosa, decidimos visitar el Museo Picasso situado en el Palacio de Buenavista de calle Agustín. Por suerte en aquellas horas la cola no era demasiado larga.
El museo lo componen doce salas que presentan una exposición permanente del legado del artista a su ciudad natal, realizando un recorrido por cada sala de las distintas épocas pictóricas. Destacando en ellas las obras: Las Tres Gracias, pintada en París 1923; La Mujer con los Brazos Levantados, pintada en París 1936; Naturaleza Muerta con Gallo y Cuchillo, pintada en febrero 1947; Jacqueline Sentada, pintada en París 1954; Hombre, Mujer y Niño, pintada en Mougins 1972 entre muchas otras. Un museo que recomiendo que no os lo perdáis ya que su contenido es de un gran valor.
Procesiones de Viernes Santo
Procesión de Semana Santa
Procesión de Semana Santa
Procesión de Semana Santa
Después de la visita al museo Picasso no nos quedó otro remedio que ver las procesiones de Semana Santa, todo un espectáculo que es digno de ver ya que para los no creyentes nos cuesta mucho de entender, todo y que le tenemos el máximo respeto como lo tenemos para todas las religiones.
Lo que más me impresionó son las enormes carrozas engalanadas las cuales pesan toneladas, cada una la preside un Santo o una Virgen, que esta trasportada a peso por más de doscientos o trescientos cofrades de la Cofradía correspondiente. La carroza la acompañan con mucho fervor todo un sequito de encapuchados con cirios y hombres y mujeres vestidos de un riguroso luto.
En Málaga existen una gran cantidad de Cofradías en la que cada una aglutina una gran cantidad de católicos que mantienen sus derechos a lo largo de generaciones. Estas cofradías, cada una de ellas se rige por unas reglas o estatutos que cada cofrade debe cumplir. Su culto interno es confraternidad con sus hermanos y la asistencia a los eventos, siendo su principal actividad la preparación de la profesión de Semana Santa, que realizan cada año.