Uno de los espacios naturales protegidos más importantes de España con una extensa variedad de ecosistemas que alberga una gran cantidad de animales en peligro de extinción. Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Este reportaje forma parte de nuestra estancia de siete días en la provincia de Huelva para realizar diferentes reportajes de la zona. El que hoy proponemos es la visita que realizamos un día a la aldea de El Rocío y por la tarde al Parque Nacional de Doñana.
Para acceder a visitar una pequeña parte del Parque de Doñana desde la aldea de El Rocío salen cada día varios autobuses del tipo 4×4, preparados para hacer frente a las dificultades que presentan los caminos que recorren el parque con excursiones guiadas. Se realizan dos al día: una a las 8:30 de la mañana y otra por la tarde a las 15:00 en invierno y en verano a las 17:00. La duración aproximada de la excursión es de 3 h y media a 4 h, el precio de la excursión es de 30,00 €. Nosotros cogimos la excursión que salía a las tres de la tarde.
Después de subirnos al autobús 4×4 con un grupo de visitantes, salimos del Rocío por el lado este de la población cruzando el Puente del Ajoli o Puente del Rey, punto de encuentro de los romeros donde cantan al paso, los Simpecados. Este puente une los cuatro caminos de las distintas procedencias de las Hermandades que asisten al evento: el camino de Sevilla y el resto de España, el camino de Sanlúcar de Barrameda que atraviesa el Parque de Doñana, el camino de Noguer proveniente de Huelva y el camino de los Llanos proveniente de Almonte. Desde este punto nos adentramos al Parque Natural y Nacional de Doñana.
Aldea de El Roció
Panorámica de la aldea de El Rocío – C1903-5070
Ermita de la Virgen de la Blanca Paloma – C1903-5054
Casas de Hermandades Rocieras – C1903-5050
La aldea de El Rocío se encuentra en la carretera que va de Sevilla a Matalascañas, a unos sesenta kilómetros de Sevilla y a unos setenta de Huelva. Esta aldea pertenece al municipio de Almonte siendo conocida por la famosa Romería del Rocío que se celebra cada año en Pentecostés donde se concentran miles de peregrinos que viajan de diferentes puntos de Andalucía a través de varias rutas para venerar a la Virgen de la Blanca Paloma en una gran romería de hermandades.
Como no pudimos estar el día que se produce esta concentración de peregrinos hablaremos de las impresiones del día que tuvimos la oportunidad de visitar este lugar, que fue un lunes de primeros de marzo. La verdad es que caímos allí por casualidad dado que nuestra intención era visitar el Parque Nacional de Doñana y de paso con el tiempo que nos quedaba visitar algo más.
Nos chocó entrar en una población donde sus calles no están asfaltadas si no llenas de arena, donde casi no circulan coches y en donde los jinetes, caballos y carrozas son los amos de las calles de la población. Es un pueblo pintoresco ya que la primera impresión que tienes te recuerdan aquellos pueblos del oeste americano del siglo XIX con sus casas bajas adosadas y sus terrazas en las entradas donde disponen de barandas para atar a los caballos.
El paisaje es precioso con sus construcciones de casas alineadas de color blanco que están muy bien cuidadas, con sus ventanas y balcones con persianas de color verde, contrastando con la marisma verde que rodea la aldea, donde pastan a sus anchas, los caballos y diferentes aves típicas de las marismas.
Lo que más llama la atención es la Ermita de la Blanca Paloma que está situada en la explanada de una gran plaza donde preside la entrada de la población. Es un templo totalmente blanco con cierto aire de estilo colonial, el cual destaca su gran portalada que está coronada con una enorme concha. Este santuario es obra de los arquitectos Delgado Roig y Balbontin y fue inaugurado en abril del 1969.
La primera virgen se calcula que ya existía a mediados del siglo XIII, pero no fue hasta el siglo XV en que se reconstruyó la ermita en el lugar donde la encontró el cazador de Villamanrique. El terremoto de Lisboa del año 1755 arruinó el santuario, el cual fue reconstruido en varias ocasiones después de este grave accidente, hasta que en el año 1963 se tomó la decisión de derrocarlo por completo y reconstruir el actual.
Los alrededores de la aldea son preciosos principalmente por su marisma El Charco de la Boca, la vegetación y los bosques pertenecientes al Parque Nacional de Doñana. Vale la pena dar un buen paseo por el Paseo Marismeño que queda al lado de la ermita y también por el resto de la población.
Parque Natural y Nacional de Doñana
Caseta del Centro de Visitantes, P. N. de Doñana – 4874
Autobús 4×4 para visitar el P. N. de Doñana – C1903-4884
Lucio del Lobo, P. N. de Doñana – C1903-4881
El parque de Doñana, está situado en el lado occidental de la desembocadura del rio Guadalquivir el cual abarca una inmensa extensión de territorio de 122.480 ha, de los cuales 54.251 ha, están totalmente protegidas perteneciendo al Parque Nacional y el resto pertenecen al Parque Natural del entorno de Doñana.
La situación geográfica de Doñana es privilegiada, ya que se encuentra entre dos continentes y muy próximo al encuentro del océano Atlántico con el mar Mediterráneo, en el estrecho de Gibraltar. Este es un punto de descanso para las aves que participan en las migraciones desde el norte de Europa hasta el continente africano. Además, es uno de los principales refugios de estos animales en invierno que tenemos en Europa, ya que se calcula que se llegan a concentrar, unas 800.000 aves, así como otras especies de animales, el Lince Ibérico y varias clases de rapaces.
En el Parque Nacional de Doñana encontramos básicamente todos estos ecosistemas: las marismas, las dunas vivas, los cotos y las veras:
Las marismas, es quizás una de las zonas más importantes de Doñana por ser un gran refugio de aves y por su importancia ecológica. Paisajísticamente es una zona muy cambiante dependiendo de la época del año en la que se visite, ya que en los meses de verano la marisma se queda completamente seca y el resto del año se llena de agua en más o menos proporciones. También cada estación del año da una visión distinta de ella. La mejor época para visitarla, según nos dijeron, era en invierno hasta los principios de la primavera, para disfrutar de todo el potencial paisajístico y la actividad que tiene.
Dunas móviles, es una zona paralela a la costa donde se amontona arena silícica de color blanco, fruto de los vientos perpendiculares que soplan en la zona, los cuales producen dunas móviles que cambian constantemente de relieve y de configuración. Poco a poco estas dunas van ganando terreno hacia el interior, en una media de veinte metros al año, en el que sepultan árboles que se van encontrando. Es un paisaje desértico sin demasía actividad de vida animal.
Los Cotos, se encuentran donde el terreno presenta un relieve más ondulado o montañoso, están recubiertos por matorrales, donde predomina el brezo, en la zona la cual le llaman el monte negro, y el jaguarzo, en el monte blanco. Está alejado de las marismas, donde también se encuentran bosques de alcornoques, a los que los residentes les llaman pajareras porque acogen en sus ramas a miles de pequeñas aves. En estos bosques también se encuentran pinos siendo éstos una zona de refugio de una buena parte de la fauna del parque.
La vera, se trata de una franja que está limitada entre los matorrales y las marismas. Es una franja de terreno que recorre de norte a sur en el centro del parque de Doñana, donde se encuentran abundantes pastizales que suelen permanecer verdes durante todo el año siendo estos de gran fertilidad. Esta zona suele ser visitada principalmente por los gamos.
Otro fenómeno natural a destacar son las lagunas, la más grande es la de Santa Olalla la única que presenta salinidad. Esta laguna se une con otra a la que se denomina La Dulce donde crecen unos crustáceos que sirven de alimento a los flamencos rosados. Estas zonas de lagunas como también la del Taraje, Sopetón, Zalcillo y Charco del Toro, acogen una gran cantidad de patos, gansos y cisnes que se refugian en ellas los meses más fríos de invierno.
Se considera que en Doñana se refugia el 80 por ciento de las aves migratorias del continente europeo, es el paraíso de los amantes de la observación y el estudio de las aves. Durante los meses de invierno es habitual encontrar inmensas cantidades de todo tipo de aves migratorias: gansos, cercetas comunes, cucharas, gaviotas, fochas… Y también los que vienen a reproducirse: las espátulas, las cigüeñas, los martinetes… El Águila imperial que es una de las joyas del parque junto con el águila culebrera con una población más restringida. También hay que nombrar los flamencos que tienen unas zonas del parque que les son predilectas.
Aparte de las aves hay otras especies de gran importancia que habitan estos parajes, como es Lince Ibérico y el Meloncillo animal súper protegidos por tratarse de especies únicas en el mundo los cuales residen en esta zona. La población de Linces Ibéricos se calcula que es de unos treinta ejemplares y su cantidad está estabilizada ya que tiene pocas posibilidades de crecer. El Meloncillo está representado en Doñana como la población más numerosa de Europa. Entre otros animales que habitan en Doñana están las ginetas, los zorros, los conejos, los gatos monteses, la nutria, el gamo, el jabalí, el turón…
En el pequeño recorrido que realizamos por el Parque Nacional de Doñana tuvimos oportunidad de ver muchos animales y el privilegio de poder ver un Lince Ibérico desde lejos, no siempre los que visitan el parque lo tienen. También tengo que decir que debido a que el autobús 4×4 se nos estropeó en el camino de vuelta, tuvimos que ser rescatados por otra unidad ya que prácticamente se nos había hecho de noche, en el que está prohibido andar por las zonas del parque natural y nacional.