Visita a la Punta de Raz y a Concarneau en Finisterre

Francia - Comentarios -

Dos puntos turísticos que no te puedes perder si visitas el norte del departamento de Finisterre, en la Bretaña.

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El segundo día de nuestra estancia en Le Pouldu, para recorrer la zona sur de la Bretaña, lo dedicamos a visitar La Punta de Raz, uno de los grandes sitios catalogados de Francia, y por la tarde visitamos Concarneau, otro de los puntos turísticos de la parte norte del departamento de Finisterre.

Salimos pronto de Le Pouldu, en dirección a Clohars-Carnoët y Quinperlé, donde cogimos la autovía E60 en dirección Quimper. Pasado Quimper nos desviamos por la D784 en dirección a Ploggof, desde este pueblo a la Maison de la Pointe de Raz hay cuatro o cinco kilómetros.

A la llegada de la Maison de la Pointe de Raz, te encuentras un aparcamiento en el que es obligatorio aparcar el coche, previo pago de 6.00 €. El recorrido empieza desde el centro de información de la Maison, en el que se inicia un recorrido de senderos señalados por todo el cabo de Sinzu y la punta de Raz.

 La Punta de Raz 

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Camino a la punta de Raz -1905

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Un mar de flores en la punta de Raz – 1902

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Faro nuevo en la punta de Raz – 1917

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Vista del faro de la Vielle – 1908

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Faro de la Vielle – 1924

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Bahía de la costa norte de Raz – 1938

Actualmente este lugar atrae a una gran cantidad de turistas, sobre todo en los meses de verano, nosotros por suerte al ser finales de mayo, encontramos poca gente, lo que hizo que el recorrido por los senderos fuera un gran placer en el que disfrutamos de unas vistas y un paisaje espectacular.

La Punta de Raz fue considerada antiguamente el punto donde terminaba la tierra, de ahí le viene el nombre al departamento de Finisterre. Para los marineros, este es un lugar temido cuando hay tormentas, por el peligroso estrecho que forman la isla Sein y la punta de Raz, dado que las corrientes del Atlántico, forman un gran oleaje y unos vientos muy fuertes.

En el año 1989, en toda la punta de Raz, se realizó una gran remodelación de toda la zona para recuperar el entorno natural del cabo, ya que la masiva afluencia de turismo había degradado el entorno. Para realizar esta remodelación, derribaron todos los edificios existentes en este lugar, rehabilitaron la zona de vegetación originaria, ya que prácticamente había desaparecido. Para delimitar el paso de los turistas, se señalaron los caminos y senderos. También se construyó la Maison de la Pointe de Raz y el aparcamiento a más de un kilometró de la punta y se habilitaron más de siete kilómetros de senderos, que recorren la punta. Esto es lo que permitió conseguir que les dieran el título catalogado de “Grand site national de France“, ya comentado anteriormente.

El recorrido es espectacular, ya que discurre por los acantilados en el que el punto más alto alcanza los 70 metros de altura respecto al mar, todo ello por senderos rodeados de pequeños arbustos y de flores de distintas clases y colores. En primavera es realmente una verdadera pasada este lugar. Al llegar a la punta nos encontramos un faro moderno en el punto más alto del acantilado, que está en funcionamiento. Bajando hacia la punta encontraremos la estatua de mármol de “Notre Dame des Naufragés“, a partir de este punto podemos llegar a la punta del cabo, donde podemos ver unas vistas preciosas del faro de la Vielle. Este faro, fue construido en 1861, encima de un islote llamado “Ar Gorle Bella” en bretón, que quiere decir la roca más alejada. La construcción fue una ardua proeza de la ingeniería, ya que en esta zona, cuando hay tormentas las olas fácilmente alcanzan los doce o veinte metros de altura.

Disfrutamos de este impresionante paisaje, comiendo, tomando el sol y descansando un buen rato, para luego retomar la ruta por el norte del cabo, para volver a la Maison de la Pointe de Raz, en el que también pudimos apreciar unas preciosas vistas de los acantilados. Después de la visita a la punta de Raz, seguimos la ruta de Plogoff hasta Pont-l’Abbé, una población que está situada sobre el estuario del mismo nombre, para seguir por la D44 hasta Concarmeau.

 Concarneau 

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Vista de Concarneau – 1967

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Puerto de Concarneau – 1959

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Campanario comunal en Concarneau – 1952

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Entrada al recinto amurallado de Concarneau – 1968

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Ciudad amurallada de Concarneau – 1949

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Vista del puerto pesquero – 1955

Llegamos a Concarneau hacia las cinco de tarde y nos dirigimos hacia el puerto, donde aparcamos el coche. Desde allí mismo ya divisamos la ciudad antigua amurallada, que está situada sobre un islote dentro del puerto en el estuario del rio Le Moros, que mide aproximadamente trescientos metros de largo por cien metros de ancho. Desde el puerto y la ciudad moderna existen dos puentes que dan acceso a la ciudad fortificada. Es de destacar la vista desde un puente del “beffroi” campanario comunal del 1906, que alberga cuatro relojes y un reloj de sol.

La entrada a la ciudad vieja, desemboca en la calle Vauban que es la arteria principal, que está rodeada de casas de estilo medieval entramadas de madera, donde están situados los restaurantes, comercios de regalo, bares… Lo bonito del recorrido es subirse a las murallas y recorrer todo el perímetro de la ciudad en el que podemos apreciar unas vistas aéreas de la ciudad amurallada y el puerto pesquero y deportivo de Concarneau.

Concarneau, es uno de los puertos más importantes de Francia de la pesca del atún en altamar y de pesca fresca y la sardina. Vale la pena darse una paseo por los muelles y ver los barcos de pesca amarrados, junto a las murallas. Cada día a las diez de la noche acostumbran a llegar los barcos, en el que descargan sus capturas, para que a las 6:30 h de la mañana pueda ser subastada en lonja, donde las cuatro conserveras que existen actualmente en Concarneau, se disputan sus capturas. También es de destacar el puerto deportivo y la bahía donde existen varias playas de arena fina, donde en pleno verano están a tope.

Creo que es una ciudad interesante, que vale la pena visitar si estas por la zona, nosotros pasamos unas horas muy amenas e interesantes recorriéndola.

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