Una visita a los núcleos históricos más bonitos de las rías bajas gallegas. Empezando por el núcleo de los nobles, continuando por el núcleo de la capital y terminando por un precioso núcleo de pescadores.
Cambados
Ruinas de Santa Mariña Dozo – 0912
Iglesia de San Benito – 0928
Pazo de Fefiñáns – 0929
El municipio de Cambados, actualmente está compuesto por tres antiguas villas que se fusionaron con Cambados, pero cada una ellas mantienen su propia identidad: Villa de Fefiñáns, centrado en el núcleo histórico del Pazo de Fefiñáns; Villa de Cambados, la ciudad de preciosas calles y plazas con edificios nobles; y la Villa de San Tomó, que es el núcleo marinero. Cambados se encuentra localizado en la costa, al noroeste de Pontevedra, entre la Illa de Arousa y El Grove, a 26 kilometras de Pontevedra.
Aparcamos el coche en la plaza Fefiñáns, justo en pleno centro histórico donde se encuentra el Pazo de Fefiñáns, construido en el siglo XVI por mandato de Juan Sarmiento y Valladares, señor de Fefiñáns y consejero de Felipe II. Arquitectónicamente, forma una planta en forma de “L” entre los lados sudeste de la plaza. Tiene influencias de estilo renacentista italiano, en cada punta del edificio se puede observar dos preciosos balcones semicirculares y en cada lado del edificio dos grandes portalones de entrada. El ala sur del edificio contiene una gran torre almenada y en el ala noreste un puente de un solo arco de estilo barroco. Este es el único puente que se conserva de los cuatro que existían antiguamente en la plaza, que servían para que los nobles se desplazaran, por el camino superior de la plaza desde sus dependencias hasta su zona privada que tenían en la Iglesia de San Benito.
En el ala norte de la plaza se alza la Iglesia de San Benito, antiguo templo románico que fue reconstruido en el siglo XV y reedificado en el siglo XVII. Es de destacar sus campanarios de estilo barrocos, construidos a finales del siglo XVIII y en su interior una preciosa bóveda de influencias de estilo renacentista italiano.
Actualmente la planta baja del pazo, alberga dos bodegas de vino. La bodega de Juan Gil Armada y la bodega Palacio de Fefiñanes. Las dos muy conocidas por sus codiciados vinos de Albariño.
Seguimos la ruta andando, adentrándonos por las preciosas calles y plazas de la antigua villa de Cambados, con dirección a las ruinas de Santa Mariña Dozo. Por el camino pasamos por delante de varios edificios emblemáticos de Cambados: como los pazos de los Ulloa, el pazo de los Fajardo y el pazo de los Torrado así como la Casa de las Conchas, construida en el siglo XIX con matices neobarrocos. También pasamos por delante de la Iglesia parroquial de Santa Mariña, de estilo gótico marinero que sustituyó la antigua iglesia del convento de los franciscanos. Llama la atención su fachada llena de símbolos y cruces.
Las ruinas de Santa Mariña Dozo, están situadas al este de la población justo en la ladera de la colina de A Pastora. Esta iglesia fue construida sobre una antigua capilla románica del siglo XII y restaurada en siglo XV, por D.ª María hija del noble Ulloa. Su estilo es gótico marinero con semblante renacentista de una sola nave, que está dividida por cuatro arcos románicos. Esta iglesia fue abandonada y rechazada por motivos políticos y religiosos, en el siglo XIX. La parroquia fue trasladada a la iglesia del antiguo convento Franciscano, por quedar más cerca de la población.
Actualmente Santa Mariña Dozo se utiliza como cementerio parroquial, siendo declarado en el año 1943, Monumento Nacional y en diciembre de 2013, las ruinas de Santa Mariña Dozo junto con su camposanto, fueron incluidas en la prestigiosa Asociación de Cementerios Singulares de Europa.
Después de la visita a las ruinas, visitamos parte del barrio marinero de San Tomé y realizamos un paseo por A Calzada donde en el parque delante del Casino, disfrutamos de una colección de estatuas, junto a la estatua do Rañeiro.
Pontevedra
Plaza de la Leña – 0954
Núcleo histórico de Pontevedra – 0976
Santuario de la Virgen de la Peregrina – 0968
Como ya he mencionado anteriormente, después de la visita a Cambados nos dirigimos a la ciudad de Pontevedra, para conocer y visitar la ciudad ya que hacia muchísimos años que no habíamos estado y prácticamente lo único que recordábamos era una gran mariscada que habíamos comido en la plaza de la Leña. Para recordar esta mariscada nos dirigimos directamente a la plaza de la Leña y siguiendo los consejos del dueño del apartamento en donde estábamos hospedados, que nos indicó que en el Bar Riaño es donde se puede comer el mejor marisco de Pontevedra.
La verdad es que la que comimos estuvo a la altura o más de la que recordábamos, disfrutamos muchísimo con ella ya que en Catalunya es difícil encontrar un restaurante especializado en marisco a unos precios asequibles.
El entorno de la plaza es encantador, con las casas que disponen de soportales, hechas de piedra de granito, donde las ventanas y las galerías están pintadas de colores vivos. En el centro de la plaza el cruceiro típico de Galicia, convierten este rincón en un lugar entrañable.
Después de la mariscada empezamos el recorrido por la ciudad, partiendo de la plaza de la Leña recorriendo parte de las calles y plazas del centro histórico de Pontevedra: Pza. da Verdura, Pza. de Menéndez Núñez, Rúa Real… pasando por la Basílica de Santa María la Mayor y la Iglesia de San Bartolomé hasta llegar a la Pza. da Ferraría.
La Pza. da Ferraría es el punto neurálgico de Pontevedra, donde une los Jardines de Casto Sampedro y diferentes plazas más pequeñas que hace que sea el punto predilecto para los pontevedreses, en ella se encuentra las mejores terrazas de la ciudad. Entre la plaza y los jardines se encuentra la fuente da Ferraría del siglo XVI y en la plaza de La Estrella la Casa de las Caras, le llaman por este nombre por tener caras incrustadas en su fachada. Todo este conjunto viene presidido por dos edificios religiosos importantes como la Iglesia de San Francisco y el Santuario de la Virgen de la Peregrina, en la plaza del mismo nombre.
La Iglesia de la Peregrina fue construida en el año 1778, por el arquitecto portugués Antonio Souto, fue sufragada por la Cofradía de Nuestra Señora del Refugio y la Divina Peregrina, esta iglesia está considerada el edificio más emblemático de la ciudad. Arquitectónicamente dispone de una planta casi circular en forma de concha de Vieira y su fachada es de estilo barroco convexo, con elementos neoclásicos del siglo XVIII. En la parte alta, en cada lado se alzan dos torres en la que una contiene un reloj y la otra las campanas. En el interior cabe destacar el retablo de Melchor de Prado, realizado a principios del siglo XIX.
Después de visitar el núcleo histórico cogimos dirección a la Pza. España en la que pudimos visitar las ruinas del Convento de los Dominicos. Este convento fue clausurado a causa de la ley de exclaustración del año 1836, en la que los dominicos se vieron obligados a abandonarlo. Después de diferentes usos que le dio el ayuntamiento en aquella época, en el año 1880 se aprobó el derribo, pero gracias a la oposición del pueblo pontevedrés se paralizó el derribo quedando en pie lo que ahora se puede visitar. Es de destacar la cabecera de la iglesia de cinco ábsides, siendo un ejemplo excepcional del gótico gallego. Una parte del edificio está ocupado por el Museo de Pontevedra.
Seguimos por la preciosa Alameda del Arquitecto Sesmero hasta el Palacio Provincial y sus jardines, después de descansar un rato en sus jardines cogimos el coche que lo teníamos aparcado en el aparcamiento de la Alameda y pusimos rumbo a Combarro.
Combarro
Ría de Pontevedra, Combarro – 0822
Hórreos de Combarro – 0823
Núcleo histórico de Combarro – 0837
Llegamos en el momento más oportuno, cuando el sol empieza a estar bajo y las sombras se alargan. Estábamos en plena bajamar, cuando la ría enseña sus entrañas y los recolectores de marisco atienden su labor. La impresión fue de aquellas para recordar.
Combarro es uno de los pueblos más bonitos de las rías bajas, también uno de los más conocidos y visitados turísticamente. Pertenece al municipio de Poio y queda muy cerca de su capital Pontevedra. El núcleo histórico no es muy grande, pero tiene rincones entrañables.
Te sorprende encontrar en la entrada al casco antiguo una buena cantidad de hórreos casi tocando el mar pero a medida que te vas adentrando por la estrecha callejuela Praza Peirao da Chousa, te vas encontrando uno a cada paso, entre las terrazas de bares de tapas y mariscos. De esta calle salen callejuelas muy estrechas con escaleras que desembocan a la callejuela superior hasta llegar a la Iglesia de San Roque, en el que puedes enfilar la Rúa de San Roque que llegas a la fuente de la Rana. En esta calle se encuentran las típicas casas de los pescadores de la zona, con soportales en la planta baja y terrazas en su parte superior, construidas con piedra de granito. En cada plazoleta se encuentran los típicos cruceiros que presiden el centro de la plaza.
Después de tomarnos unas tapas en una terraza llegó el momento de terminar la jornada e irnos a descansar al apartamento, que quedaba muy cerca de Combarro.