Museo de los molinos de Mazonovo

Asturias - Esp. - Comentarios -

Un recorrido ameno y cultural sobre la evolución de los molinos y el arte de moler. Está recomendado por la UNESCO y es el mayor museo de molinos de España, situado en Asturias.


Después de la vista a la Playa de Catedrales por la mañana, decidimos comer alguna cosa en el apartamento que nos hospedábamos cerca de Ribadeo y luego visitar el Museo de los molinos de Mazonovo, haciendo caso a la recomendación de la propietaria de los apartamentos de que es un Museo que no nos podíamos perder.

Este museo está situado en Taramundi a unos treinta y seis kilómetros de Ribadeo, en el Principado de Asturias tocando casi con Galicia. Para ir cogimos el margen occidental de la ría de Ribadeo por la carretera N-642 hasta Vegadeo. Desde este punto, seguimos por la AS-21 hasta Taramundi, a la vuelta en Vegadeo, tomamos la carretera N-640, para volver por el lado oriental de la ría de Ribadeo, pasando por Castropol, donde paramos para descansar en una terraza tomando unos refrescos y de paso ver el pueblo.

Cuando llegas a Taramundi se encuentran las indicaciones para llegar al Museo de Mazonovo, que queda aproximadamente a unos cuatrocientos metros bajando hasta el rio Cabreira, justo antes de su desembocadura al rio Turia, donde se encuentra el aparcamiento para los visitantes al museo.

Este museo está recomendado por la UNESCO – Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura y según dicen en los carteles es el mayor museo de molinos de España entre otros reconocimientos. Este museo es de titularidad privada, cuyos propietarios son la cuarta generación de una familia de molineros. El museo se sustenta de la venta de entradas y de los excedentes de energía de la minicentral hidroeléctrica que tienen para su uso propio.

Historia del museo

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Museo de los Molinos de Mazonovo – 0468

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Cascada, museo de los molinos de Mazonovo – 0438

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Cascada, museo de los molinos de Mazonovo

La historia del museo se remonta a finales del siglo XIX, cuando Manuel López-Cacerros decide volver a España con los ahorros conseguidos después de un periodo de estancia en tierras sudamericanas como emigrante. Aprovechando los conocimientos de albañil y carpintero, que había adquirido en Argentina y los procesos de la molienda, dado que su padre disponía de un molino de reducidas dimensiones, decide invertir sus ahorros en la construcción de un molino de maquila, en la actual ubicación del museo. Poco a poco con el paso del tiempo fue comprando los terrenos colindantes y ampliando el negocio. En octubre del 1929 adquiere una dinamo 4 KW de 220 V, que movida mediante un rodezno se utilizó para suministrar electricidad a los pueblos de Taramundi.

Después de la guerra civil española, debido a la demanda que tenían en aquella época decidieron ampliar las instalaciones construyendo un nuevo edificio al otro margen del rio, justo enfrente, del actual edificio-3. Para poder llevar el agua a las nuevas instalaciones fue necesario construir un acueducto para mover la turbina Francis de cámara abierta. Esta, mediante un eje de seis metros de largo, atraviesa el edificio-3 trasmitiendo la energía necesaria para mover tres pares de piedras de molinos y una central eléctrica que se construyó en aquella época.

La central eléctrica suministró energía a los pueblos cercanos a Taramundi hasta el año 1978 y en el año 1990 los molinos dejaron de funcionar. En 1997, los nietos de Manuel López-Cacerros decidieron rehabilitar las instalaciones y transformarlo, después de las mejoras que se han ido realizado a lo largo del tiempo, en lo que es actualmente el actual museo.

Recorrido por el museo

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Río del museo de los molinos de Mazonovo 

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Eje molino, museo de los molinos de Mazonovo – 0423

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Separador de salva y harina – 0452

A largo del recorrido por el museo podremos ver y también interactuar con 19 molinos, de los cuales 8 son molinos de sangre, 6 hidráulicos, 3 para que interactúen los niños y 2 especiales. Todo ello expuestos en dos edificios y un recorrido exterior bordeando las instalaciones que dan al río.

Después de haber abonado la entrada, que si no recuerdo mal costo 4,00 € a cada uno, la visita al museo empieza por el Edificio-1, accediendo a una sala donde se proyecta un audiovisual, en la que te introducen de una forma didáctica y amena en el mundo de los molinos. Te explican básicamente el proceso de evolución en el tiempo, que han realizado las herramientas para moler y generar energía.

Después de la proyección se accede a través de un túnel al edificio-2, en el que podemos apreciar los molinos manuales y también tres molinos hidráulicos que nos sitúan y nos permite palpar la evolución que han realizado desde los siglos A. C. hasta los tiempos más actuales. Todos ellos fueron evolucionando con ingenio para proporcionar al hombre un menor esfuerzo para realizar el trabajo de la moledura.

Desde la parte más alta del edificio-2, se sale al exterior por una escalera que nos sitúa en el canal, que queda por encima del rio. Remontando el canal nos encontramos una serie de molinos de percusión, los cuales no utilizan piedras sino que machacan el grano en unos cuencos de madera o piedra donde cae la maza. Siguiendo el recorrido nos encontramos con un molino chino, que consiste en una palanca con un apoyo central en la en que un extremo dispone de un mazo y en el otro extremo de la palanca se puede accionar con un pie. Siguiendo encontramos un molino brasileño que es una evolución del anterior, en el que es movido con energía hidráulica mediante un cuenco que se llena de agua en el extremo de la palanca, en el que una vez lleno produce contrapeso la misma acción que se desarrollaba en el anterior molino chino con el pie.

Siguiendo el canal, que es un frezadero natural o zona de desove de las truchas, fue rehabilitado para incorporarlo dentro un tramo de coto truchero de alevinaje para conseguir un equilibrio ambiental en la zona de las cuencas de los ríos Turía y Cabreira de Taramundi, aprovechando el canal de abastecimiento de las instalaciones del museo. Al final del canal, llegamos a unos miradores en el que podemos ver una preciosa cascada artificial, que fue construida para desviar el rio y poder abastecer al conjunto hidráulico de las instalaciones del museo.

Volviendo por el mismo camino del canal, llegamos al acueducto que nos permite cruzar el rio, mediante una pasarela construida encima del canal del acueducto. Una vez cruzado, el canal continua hasta la cámara de carga, que es un gran depósito en el que está sumergida la turbina que transforma la energía hidráulica a la energía mecánica necesaria para mover diferentes elementos mecánicos del edificio-3.

Bajando por una escalera al nivel inferior, podemos ver un molino de percusión que dispone de dos mazos, que se puede accionar tirando de una palanca. Entrando al edificio-3 observamos que la energía mecánica generada por la turbina que hemos descrito anteriormente, se transmite mediante un eje a lo largo del edificio, este eje dispone de poleas para las correas que mueven molinos más modernos capaces de separar la corteza del grano de la harina.

El local muestra las diferentes piezas desmontadas de un molino, así como una minicentral eléctrica que suministra energía para necesidades del museo, en la que sus excedentes son vertidos a la red pública para generar ingresos al museo. Esta central es una instalación moderna que cumple con normativa vigente, las antiguas instalaciones de la central están expuestas a la entrada del edificio-3.

Nos fuimos muy contentos del rato que pasamos en el museo y de los conocimientos que adquirimos sobre los molinos. Creo que es un museo muy interesante de visitar, recomiendo a todo aquel que vaya por aquella zona que lo visite, no se va arrepentir.

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