Los propietarios a los que les alquilamos un apartamento en Planguenoual, cerca de St. Briec, en el que estuvimos residiendo durante una semana, como punto de hospedaje para visitar toda la zona norte de la Bretaña, nos dijeron que no nos perdiéramos realizar una visita a Dinan porque seguro que nos gustaría mucho. Como eran una pareja muy afable que nos trataron muy bien, les hicimos caso y programamos un día una visita a Dinan. Tengo que reconocer que esta ciudad medieval bretona, nos fascinó.

La ciudad se encuentra encima de una colina donde se domina todo el valle del río Rance, este río es navegable desde el puerto de Dinan hasta su desembocadura, cerca de Sant Malo. En el puerto, aparte de una buena cantidad de embarcaciones deportivas y de pesca, podremos ver cantidad de casas de piedra típicas, que mantienen la estética, en la que la mayoría de ellas se han restaurado para albergar restaurantes o tiendas donde se encuentran diferentes artículos de artesanía. El puerto es una de las zonas más atractivas de la ciudad, de donde salen los barcos con dirección a Dinard o Sant Malo. Recomiendo si se dispone de tiempo realizar un paseo siguiendo el cauce del rio Rance. También hay que destacar el viaducto de piedra de 40 metros de alto, que se puede ver perfectamente desde el puerto, este viaducto es el de la carretera D795 que permite acceder a Dinan por su parte alta.

Desde el puerto sale la calle “Rue du Petit Fort“, con una subida considerable que une el puerto con el centro histórico de la ciudad. Esta es una de las calles más típicas donde encontraremos una buena cantidad de casas de madera entramada, que muchas de ellas albergan galerías de arte o venta de artículos de artesanía, también típicas creperías bretonas. La subida es muy fuerte, pero seguro que encontraras músicos en el camino que te amenizaran la subida, y te servirán de pretexto para realizar pequeños descansos. Llegando a la ciudad amuralla, a un poco más de la mitad de subida, encontraras la puerta de Jerzual que da entrada al centro de la ciudad amurallada.

Nosotros a partir de este punto, realizamos un paseo por el alto de las murallas, en el que se pueden divisar unas preciosas panorámicas de toda la ciudad y de la zona del puerto, vale la pena subirse a través de uno de los torreones que presiden la puerta de Jerzual. Las murallas tienen un recorrido de más de dos kilómetros y seiscientos metros que rodean una gran parte de la ciudad presidida por el castillo, que en realidad es un torreón de forma elíptica del siglo XIV, que está junto a la puerta de Guichet del siglo XIII. No recorrimos todas las murallas sino una gran parte de ellas volviendo luego al punto de partida de la puerta de Jerzual, para continuar la subida al centro de la ciudad medieval.

A partir de la puerta Jerzual, la calle de subida se llama la “Rue de Jerzual” que continua con el mismo ambiente descrito anteriormente. Esta calle desemboca en la “Rue de l’Horloge” que es la calle central de Dinan que da acceso a una gran mayoría de plazas y monumentos del centro histórico de Dinan. Como la plaza Mercies o la plaza Cordeliers donde se encuentra la mejor muestra de casas de madera tramadas típicas, algunas con porche, donde se respira un ambiente tranquilo y pintoresco.

Uno de los rincones que recomiendo visitar es la torre del Reloj del siglo XV que representa todo un símbolo para la ciudad de Dinan, ya que contiene una campana que fue ofrecida a la ciudad en el 1507 por Ana de Bretaña. La torre se puede visitar, desde arriba se pueden ver unas preciosas vistas de la ciudad y los días que son muy claros se puede llegar, según dicen, a divisar El Mont Saint-Michel.

Otro de los lugares que recomiendo visitar es la Basílica de Saint Saveur, que es el punto más alto de la ciudad, que se edificó en el siglo XII y en el que se mezclan diferentes estilos románico, gótico y barroco. Detrás de la basílica, se encuentra un tranquilo y precioso Jardín Inglés que se construyó en 1853 sustituyendo al antiguo cementerio de Saint Saveur.

Dinan es una de las mejores ciudades medievales mejor conservada de Francia, y la verdad, es que la visita que realizamos va a estar siempre en mi recuerdo, ya que el encanto de esta ciudad me enamoro.