Siguiendo el recorrido por el sur de la Costa da Morte: Camariñas, Faro de Vilán, Muxía, Corcubión y cabo Finisterre. Una costa salvaje con un encanto especial que debes conocer.
Este reportaje corresponde a la continuación de: Ruta por el norte de la Costa da Morte – 1.
Al día siguiente de recorrer el norte de la Costa da Morte, lo dedicamos a recorrer los lugares más interesantes de su costa sur. Tal como ya expliqué en el anterior reportaje, estábamos alojados en Corme-Porto como punto de referencia para visitar toda esta costa y Santiago de Compostela.
Salimos por la mañana de Corme-Porto en dirección a Ponteceso, para coger a continuación la carretera AC-429 para dirigirnos hacia Camariñas para visitar el faro de cabo Vilán, otro de los puntos emblemáticos y salvajes de esta costa, donde el mar en los días de grandes temporales lo azota con toda su fuerza.
Camariñas y el Faro del cabo Vilán
Faro de cabo Vilán – 0678
Antiguo faro de cabo Vilán – 0674
Puerto de Camariñas – 0679
Cuando llegamos a Camariñas aparcamos el coche en el puerto, para dar un paseo visitando el puerto y la población. Camariñas no es una ciudad muy grande ya que tiene una población de unos seis mil habitantes, en la que sus principales fuentes de ingresos son la pesca de la sardina, el pulpo, el marisqueo y las industrias derivadas de ellas. Dispone también de alguna industria conservera y una piscifactoría dedicada al rodaballo. Otra de las principales actividades de Camariñas es la industria del encaje de bolillos, que son muy apreciados por su calidad.
Después del pequeño paseo por Camariñas nos dirigimos al Faro de cabo Vilán, que se encuentra a unos cinco kilómetros de Camariñas. Con el coche llegamos hasta la explanada donde se encuentra un edificio de planta cuadrada de dos pisos que contiene un patio en su interior. Antiguamente este edificio se utilizaba como viviendas del farero y su familia. Actualmente contiene un museo donde se exponen antiguas ópticas y otros elementos de la historia del faro, un centro de interpretación de los naufragios ocurridos en la zona y una cafetería. Si te gustan los faros te recomiendo que lo visites.
El faro está enclavado encima de un gran peñasco a 105 metros sobre el nivel del mar, que queda justo detrás del edificio. La comunicación del edificio con el faro se realiza mediante un pasadizo cubierto que asciende hasta lo alto del peñasco donde se encuentra el faro. La torre del faro es de planta octagonal con una altura de 25 metros y su linterna emite un haz de luz que alcanza las 40 millas. Es uno de faros más potentes de la costa gallega.
El cabo Vilán es una de las zonas más agrestes y peligrosas para la navegación marítima cuando hay tormentas, aquí se han alcanzado olas de hasta 27,81 metros de alto en enero de 2014, dato que tomó la boya de Vilán-Sisargas. Ostenta actualmente el récord nacional en oleaje marino.
El faro actual fue construido en el año 1896, posteriormente en el año 1962 se reformó su óptica para que alcanzara las 40 millas. Antiguamente existió otro faro del cual aún podemos ver algunos restos en el peñasco que queda delante del edificio. Este faro se alimentaba con aceite y tenía un alcance de 10 millas
Muxia y Nosa señora da Barca
Nosa señora da Barca, Muxia – 0697
Faro de Muxia
A Ferida, Muxia – 0700
Otra de las poblaciones con encanto marinero es Muxía, población muy conocida y recordada a raíz del hundimiento del petrolero Prestige en año 2002, muy cerca de sus costas, en el que provocó una de las peores catástrofes ecológicas que ha sufrido la costa gallega y toda la costa española. Este suceso hizo que una multitud de personas de todas las latitudes se desplazaran a Muxía, con carácter solidario, para ayudar a los habitantes de Muxía y a otras poblaciones afectadas a limpiar la costa del chapoteo que produjo el petróleo vertido por el Prestige.
Después de un paseo por el puerto donde dejamos el coche, seguimos andando por la rúa Virxe da Barca que nos llevó al mirador de Jesús Quintanal donde pudimos admirar el monolito “A Ferida“, una mole de piedra tallada de 400 toneladas y 11 metros de altura que esta partida por su mitad. El monolito quiere recordar la herida que produjo el Prestige a la costa gallega. Desde el mirador ya pudimos divisar abajo el santuario de Nosa señora da Barca y el faro de Muxía situados encima del acantilado rocoso en la punta del cabo.
Uno de los principales encantos que tiene Muxía es el santuario de Nosa señora da Barca, punto de peregrinación desde el siglo XI. Como manda la tradición, los peregrinos que realizan el camino a Santiago acostumbran a alargar el camino por la ruta de la costa de Finisterre a Muxía, siendo el santuario de Nosa señora da Barca el que pone punto final al camino de Santiago. La llegada al santuario se convierte para los peregrinos una recompensa al esfuerzo realizado, al ser el lugar donde la virgen llegó en una barca de piedra para dar ánimos al apóstol Santiago.
El santuario se encuentra en un punto paisajístico espectacular, enclavado en la punta del acantilado, donde desde el atrio de la entrada a la iglesia se puede descender hacia el mar, trepando por las rocas mágicas, que simbolizan los restos de la barca de piedra en la que el apóstol Santiago llegó a estas tierras. Según los peregrinos y los lugareños, las rocas tienen cualidades curativas y adivinatorias, por esto cada año a principios de septiembre celebran una romería al santuario, para hacer bailar la “Pedra de Abalar“, en la que se intenta mover para que sus deseos les sean concedidos.
Corcubión
Vista de Corcubión – 0704
Paseo marítimo Corcubión – 0706
Paseo marítimo Corcubión – 0710
Seguimos la ruta para llegar al Faro de Finisterre, haciendo una parada para comer alguna cosa en la población de Corcubión, situada en la ría de su mismo nombre. Corcubión tiene un encanto especial, es de aquellas poblaciones que cuando la ves de lejos te llama mucho la atención, emplazada en un rincón de una ensenada de la ría con las montañas al fondo.
Cuando accedes a su centro urbano no te sientes nada defraudado de tu primera impresión, es de destacar lo bien cuidado que esta el casco antiguo y su paseo marítimo con su aspecto señorial y sus galerías acristaladas que le dan una armonía al conjunto de la población.
Después de comer en una terraza del paseo marítimo, dimos un paseo por el casco antiguo en el que tiene algunos rincones interesantes. También visitamos la iglesia de San Marcos, en la que primitivamente era una iglesia románica del siglo XII, que fue reformada en el siglo XV a un estilo gótico pescador con otras reformas posteriores en el siglo XVIIII. La iglesia es de una sola nave con capillas lateras decoradas de estilo barroco. Conserva aún el arco triunfal y un ábside románico de la primera construcción del siglo XII.
Faro de Finisterre y el puerto de Finisterre
Faro de Finisterre – 0719
Faro de Finisterre – 0711
Peregrino de Santiago, Finisterre – 0713-Editar
Desde Corcubión seguimos la carretera AC-445 en dirección a la población de Finisterre, donde cogimos la carretera que lleva al faro y a la punta del cabo de su mismo nombre. La carretera bordea el mar y se adentra a la lengua de tierra de un kilómetro de ancho que tiene la península, cuya punta se encuentra a unos tres kilómetros de la población. En el camino nos encontramos una buena cantidad de peregrinos que se encaminaban al faro. Es recomendable hacer este camino andando ya que podremos admirar las preciosas vistas que se ven de la costa.
Antiguamente en la época de los romanos lo consideraban el fin del mundo, donde más allá de este punto ya no existía nada, se acaba el mundo, por este motivo le llamaban “finis terrae”, fin de la tierra. Hasta hace poco, también era conocido, erróneamente, como el punto más occidental de Europa. Después de estudios realizados está demostrado que es el cuarto punto más occidental, después del Cabo da Roca en Portugal y los cabos Turiñan y Nave, que también se encuentran en la Costa da Morte, a pocos kilómetros del cabo de Finisterre.
La punta del cabo y el faro de Finisterre, es uno de los puntos turísticos más visitados de Galicia después de Santiago de Compostela. Llegamos a las cuatro de la tarde, momento punta en el que se acumulan una gran cantidad de autocares repletos de turistas. Por suerte una buena parte de ellos fueron directos a hacer cola en los lavabos públicos y otros a llenar los tenderetes de regalos, esto nos permitió ver con tranquilidad el faro.
Pasada la zona de los tenderetes a pocos metros se encuentra un nuevo hotel enclavado donde antes existía El Semáforo, edificio que contenía unas sirenas que emitían señales acústicas para avisar a los barcos en los días de niebla. El sonido que emitía era parecido al mugido de una vaca, por este motivo le llamaban “A Vaca de Fisterra“.
El faro tiene una torre octagonal que está adosada a un edificio, que antiguamente era la vivienda del farero en la que actualmente se utiliza para hacer exposiciones. La torre del faro tiene una altura de 17 metros y se encuentra a 143 metros sobre nivel del mar. La luz de la linterna tiene un alcance de 31 millas náuticas.
Después de trepar por las rocas del acantilado y sentarnos un buen rato para descansar y disfrutar de la preciosa vista, decidimos emprender el camino de regreso a Corme-Porto, pero antes hicimos una pequeña visita a la población de Finisterre, dando así por terminada nuestra ruta por la Costa da Morte.
Ver la continuación de este reportaje en: Ruta por el sur de la Costa da Morte – 1